Primer tercio del siglo XV, en la Europa central a nacido la herejía Husita, que se revela contra el poder de roma y atenta contra el poder del clerical y nobiliario. Roma envía una cruzada tras otra, pero se estrellan frene a sus carros de combate. Hasta aquí la historia de Europa es la que ha pasado a nuestros libros de Historia, ahora bien en el siglo XV de Sapkowski existe la magia de forma tangible.
En este contexto Reinmar de Bielau, conocido cómo Reynevan, es un joven silesio algo libertino, más preocupado por las mujeres que por otra cosa, siendo el amante de Adele -una mujer casada-, lo que terminará bastante mal con la familia del cornudo persiguiendo a Reinmar por todo el centro de Europa. En su huida Reynavan sera escoltado por el démerito Scharley, un hombre de pasado misterioso recluído en un monasterio pero ducho en el manejo de las armas y por un sorprendente monje llamado Sanson Mieles de aspecto gigantesco y en apariencia algo corto de entenderas, pero que demostrará un gran conocimiento y ser ducho en los textos medievales que proporcionará más de un desconcierto.
La verdad que este primer tomo (1 de 3) de las guerras husitas, los husitas son más un rumor ambiental que un hecho literario ya que no aparecen hasta bien, bien las ultimas 50 páginas. La novela se desarrolla en forma de aventuras picarescas, con múltiples sucesos y una fina línea -un mcguffin como es la huída de Reinma a Hungría- que los une. La novela en si es un caudal de sucesos y aventuras que a veces parece una suma coatica de elementos, con nombres de la Europa Central que pone en jaque nuestra capacidad de retención. Hay tantos personajes que quedan algo desdibujados a excepción del trío protagonista y algún secundario que promete ser importante en el futuro.
La novela es un frenesí constante que no aburre en ningún momento pero que de vez en cuando te hace preguntar si lleva a alguna parte, o si es todo una improvisación tras otra, con varios deux ex maquina y encuentros demasiado casuales (recurso este último algo abusivo). Pero la escritura de Sapkowski al igual que en la saga de Geralt de Rivia, es magnifica, juguetona, irónica muy dada a la comedia y el esperpento, para pasar a ser sobría y seria cuando las circunstancias lo requieren. Solo decir que su segunda parte Los guerreros de Dios ya esta en mis manos.
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