miércoles, 22 de junio de 2011

Cuernos de Joe Hill

Iggy Perrish, unos días antes del primer  aniversario de la muerte de su novia, se despierta una mañana con una terrible resaca y unos extraños cuernos en la cabeza, cuando intenta pedir ayuda por su extraño caso todo el mundo se la niega ya que le consideran el asesino de su novia todo y que quedó absuelto en el juicio. Los cuernos hacen que todos  le confiesen sus mas profundos deseos y pecados, Iggy pronto se dará cuenta que este poder le ayudara a desentramar quien mató realmente a su chica y convertido en el diablo buscará venganza.

Joe Hill, por si alguien aun no lo sabe, es el hijo de Stephen King por lo que algún crack publicitario ya le ha etiquetado con el original sobrenombre de El príncipe del terror. Esta es la segunda novela que leo de él después de El traje del muerto novela que resultaba a ratos terrorífica, a ratos decepcionante y al final un buen relato de terror sin más. Con Cuernos la verdad que no me ha parecido nada terrorífica, bastante decepcionante y un relato insustancial. 

Insustancial porque contiene elementos de El traje del muerto, una familia de músicos, familias desestructuradas y alguna chica descarriada la combinación es la misma pero el resultado no. Y es que hay situaciones de la historia en la que piensas que  Iggy es más inútil que el asesino de Scream, porque no se entiende como Iggy no cala al asesino antes, que ya se veía que era  mentiroso y mala persona. 

Otro de los principales hándicaps de la novela es conocer al asesino tan pronto, al final de la primera parte. El segundo capítulo es un flashback donde ya se intuye el porque del asesinato.  Por lo que de todo lo posterior, unas doscientas páginas, sobran más de la mitad, incluso el doble flashback de la cuarta parte donde te cuenta los hechos punto por punto solo confirma lo que te habían explicado antes quedando de un redundante que tira  a plomizo. Y también esta todo lo que acontece al sistema morse, queda de un patillero y sensiblero sin parangón y eso que soy de lágrima fácil.
Los personajes tampoco funcionan, Iggy es poco interesante y el asesino resulta de manual, quizás el más resultón es Terry el hermano de Iggy y las chicas son puro decorado, incluso Merrin la novia de Iggy a la que Hill no acaba de perfilar del todo. 

La segunda novela de Joe Hill, ha sido toda una decepción, las buenas maneras apuntadas en su primera novela quedan aquí enterradas. Aunque he decir que algún párrafo me ha divertido y me ha hecho pensar como relato corto habría funcionado mucho mejor, por lo que si algún día me cruzo por la biblioteca con Fantasmas, su libro de relatos cortos le daré otra oportunidad ya que la verdad es que me gusta como escribe Joe Hill pero, por el momento, no lo que cuenta.

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