
La crónica Orwell brilla sobre todo cuando retrata sus tres estancias en Barcelona: la primera a finales del '36 donde la gente se hacia pasar por proletaria y la camaradería, algo impostada, era muy presente. La segunda estancia en Barcelona es durante el mayo del '37 y en la tercera Barcelona vuelve a ser burguesa las milicias se ven desplazadas por el ejército regular y todo se vuelve más convencional. Al ser ilegalizado el POUM Orwell tiene que huir y nos cuenta como se esconde por las calles de la ciudad condal y contempla un horror estético de catedral y lamenta que los anarquistas no la volarán (se sabe que era la sagrada familia).
Las otras parte del relato que narra sus desventuras en el frente se hace más aburrida, mucha penuria y camaradería. Narra cómo en su momento el frente de Aragón fue un erial, donde los fascistas eran manchas en el horizonte y donde apenas había combates. Orwell salvó el pellejo en varias ocasiones gracias a la mala puntería de sus propios compañeros ya que fue víctima en más de una ocasión del fuego amigo. Orwell parece ser qué solo vivió un combate explicado con todo lujo de detalles. Ante todo narra de forma muy vivida como se forman los hermanos de sangre durante el servicio militar: piojos, frío, compartir tabaco y pegar algún tiro une mucho. Por otro lado defiende el ejército miliciano ya que aunque los rangos brillaban por su falta de nomenclatura, allí todo el mundo era camarada, la disciplina era algo natural, se respetaba gracias a un ideal mayor y aun compromiso con la causa. Las milicias fueron muy criticadas pero Orwell recuerda que durante casi un año fueron ellas las que aguantaron el frente y que aunque la República hubiera contando desde el principio con un ejercito regular la cosa no hubiera ido mejor porque les hubiera seguido faltando armamento y entrenamiento.

Pd: dicen que el de la foto con el perro es Orwell, no lo veo claro, pero el que esta al fondo, el más alto con anteojos, ese si es Hemingway.