No se que tienen las novelas de Hornby, que solo me apetece leerlas en fechas señaladas. Fiebre en las gradas me lo leí unos pocos días antes de una final de la champions y En picado a dos días de nochevieja. Ya que es en esta fecha tan señalada donde arranca la novela. Cuatro suicidas se topan por casualidad en la azotea del Topper House donde han decidido embarcarse en su último viaje. Martin es un presentador acabado por un asunto de faldas, Maureen tiene un hijo disminuido y el tener que darle todas las horas del día hace que su vida carezca de sentido, Jess es hija de un ministro británico con una nula capacidad para entender a los demás y JJ es un músico norteamericano que se acaba de quedar sin banda y sin novia.
Los cuatro presentan unas personalidades totalmente opuestas, pero encontrarse en el mismo sitio, la misma noche y con las mismas intenciones hará que formen una especie de hermandad. Juntos afrontaran la manera de seguir con sus vidas. La novela esta narrada a cuatro voces la de los cuatro protagonistas con un registro que las hace bastante identificables. En ella predomina el humor negro pero también hay espacio para la sensibilidad sobre todo con todo lo que acontece a Maureen.
Este libro Hornby habla de la sociedad de nuestro tiempo y una vez más de cómo interactuamos entre nosotros y todo lo que nos envuelve ya sea la música o la televisión. Para ello Hornby puebla sus libros con múltiples referencias pero lo hace de forma tan sutil y natural que no queda para nada impostado. El libro queda recomendado para aquellos que les gusten las historias aparentemente nimias y que hablan de estados ánimo con mucho humor y una fina ironía.
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