Chon y Ben comparten negocio y novia, hasta que el cartel de Baja se presenta en sus vidas. El negocio es el tráfico de la mejor Marihuana que se puede encontrar en California, todo aderezado con una filosofía muy zen y buen rollismo extremo podríamos decir que su negocio es 99% comercial y 1% de violencia. La novia es Ophelia una chica multiorgásmica que se acuesta con los dos sin ningún tipo de pudor, ni conflicto. Y el cartel de Baja quiere absorberlos y hacerlos más sistemáticos y acabar con su filosofía de ventas, cosa a la que Chon y Ben se niegan; por ello el cartel secuestra a Ophelia y les propone no cortarle la cabeza, si a) trabajan para ellos durante tres años o b) les pagan 20 millones de dolares.
Don Winslow vuelve al universo que lo consagro, la frontera entre México y EEUU, vuelve a El Poder del Perro. Esta novela se sitúa 5 años después de acabar aquella. Sin ser una continuación directa si que se podría insertar esta trama dentro del El poder del perro y no se notaria la la diferencia. El status quo del inicio de la novela es el que quedó al final de aquella.
Si el universo es el mismo y la trama no desentonaría en El poder del Perro si lo hace en el tono, en Salvajes el narrador coge un punto de vista extremadamente irónico y amoral, provocando más de una sonrisa a lo largo de la narración. Todos sus protagonistas son extremadamente carismáticos y definidos. Aunque esta podría ser una obra menor, a mí me ha parecido lo mejor de Don Winslow tras su obra magna. Salvajes es un trago rápido y extremadamente entretenido su estilo directo y amoral, frases cortas pero altamente descriptivas, se asemeja al mejor James Ellroy, utilizando recursos de este -como la transcripción de grabaciones-. Tras la ligera decepción de Satori Don Winslow me ha vuelto a hechizar y estremecer con sus parajes californianos y su mundo de violencia.
Pd: Oliver Stone ha realizado una adaptación al cine de esta obra cuyo estreno esta previsto para el 28 de septiembre.
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