jueves, 21 de febrero de 2019

Homenaje a Catalunya de Eric Blair

Eric Blair llega a Barcelona a finales de 1936 cuando la ciudad aún olía a revolución y donde  la CNT y las FAI aun reinaban. Al principio Blair viene a cubrir el conflicto español como un reportero más. Pero idealista y con conciencia de clase se alista para combatir en el frente. Esta es la crónica real y partidista de lo que vivió en el conflicto español. Orwell (ya  se que lo habíais pillado lletraferits!!) vivió de primera mano la guerra civil durante medio año, alistado en las milicias de las POUM sufrió la represión comunista y tuvo que huir de España tras los hechos de mayo del 1937. 

La crónica Orwell brilla sobre todo cuando retrata sus  tres estancias en Barcelona: la primera a finales del '36 donde la gente se hacia pasar por proletaria y la camaradería, algo impostada, era muy presente. La segunda estancia en Barcelona  es durante el mayo del '37 y en la tercera Barcelona vuelve a ser burguesa las milicias se ven desplazadas por el ejército regular y todo se vuelve más convencional. Al ser ilegalizado el POUM Orwell tiene que huir y nos cuenta como se esconde por las calles de la ciudad condal y contempla un horror estético de catedral y lamenta que los anarquistas no la volarán (se sabe que era la sagrada familia).

Las otras parte del relato que narra sus desventuras en el frente se hace más aburrida, mucha penuria y camaradería. Narra cómo en su momento el frente de Aragón fue un erial, donde los fascistas eran manchas en el horizonte y donde apenas había combates. Orwell salvó el pellejo en varias ocasiones gracias a la mala puntería de sus propios compañeros ya que fue víctima en más de una ocasión del fuego amigo. Orwell parece ser qué solo vivió un combate explicado con todo lujo de detalles. Ante todo narra de forma muy vivida como se forman los hermanos de sangre durante el servicio militar: piojos, frío, compartir tabaco y pegar algún tiro une mucho. Por otro lado defiende el ejército miliciano ya que aunque los rangos brillaban por su falta de nomenclatura, allí todo el mundo era camarada, la disciplina era algo natural, se respetaba gracias a un ideal mayor y aun compromiso con la causa. Las milicias fueron muy criticadas pero Orwell recuerda que durante casi un año fueron ellas las que aguantaron el frente  y que aunque la República hubiera contando desde el principio con un ejercito regular la cosa no hubiera ido mejor porque les hubiera seguido faltando armamento y entrenamiento. 

Orwell usa un tono tragicómico como en toda guerra hay tiempo para todo, reír, llorar, pasar frío hambre o comer gloriosamente, alcohol, chistes o compañerismo. Por poner un ejemplo: La película Dunkirk de Nolan es un relato salvaje pero algo frío y de un solo matiz y resulta  poco humana. Yo creo que la mejor secuencia filmada sobre Dunkerque esta en la película Expiación de Joe Whright donde en un brillante plano secuencia pasan muchas más cosas y se muestra mucho más la complejidad de la naturaleza humana que en toda el film de Nolan. Pues este libro nos muestra esta complejidad, esta forma de pasar de forma miserable por una guerra con sus luchas cainitas e intestinas y aun así sacar algo positivo de la experiencia, llegando a definir ese periodo como uno de sus momentos vitales más importantes. Orwell a raíz de ello se volvió un furibundo antiestalinista, ante la represión que el POUM sufrió por parte de los comunistas,  pero la vida pasa entre matices y no por ello dejo de ser un tipo con ideales claros.  Homenaje a Catalunya tiene una prosa brillante que destila una fina ironía (aunque soñadora) así que más le quereis pedir a la vida. 

Pd: dicen que el de la foto con el perro es Orwell, no lo veo claro, pero el que esta al fondo, el más alto con anteojos, ese si es Hemingway. 

domingo, 10 de febrero de 2019

Taxi de Carlos Zanón

  Sandino no se llama así pero de tanto escuchar The Clash se la ha quedado el mote. Sandino es taxista y huye de casa sin rumbo, sin dirección,  porque no quiere que Lola lo deje ya que cuando vuelva a casa Lola va acabar esa conversación  pendiente. Y así el taxista mujeriego, ex-drogata y que siempre va a fondo vaga por esas calles de andar inmortal y nos cuenta su frenética semana. Un poco a lo After hours de Scorsese pero multiplicado por 7. 

  Zanón conoce bien el oficio de taxista, su padre lo era y lo mejor que puedo decir de esta novela es que el taxi es así, lleno de personajes curiosos, divertidos, trágicos, llenos de confidencias, llenos de mentiras. Encerrado en un círculo de 15 km de diámetro el taxista barcelonés vaga por la ciudad, conociendo un millón y medio de maneras de morir. Carlos Zanón a través de la vista de Sandino nos cuenta algunas de ellas. Los capítulos a veces funcionan como micro cuentos, para acabar formando  una trama completa de género negro con dinero y drogas desaparecidas. Pero como ocurre  siempre en Zanón  lo noir del relato es más ambientación, que narración. Su estilo es postmoderno lleno de referencias y música con  un ritmo  de metralleta con mil inputs por página cuadrada. Reflexiones vitales en las que por mi oficio me he sentido más que identificado y me han hecho disfrutar más si cabe del libro. 

  Sandino tiene una visión del mundo entre lo soñador y lo desencantado. Pero siempre caminando hacia la utopía. Utopía en forma de mujeres, en forma de canciones, en forma de drogas y alcohol,  de bares, fiestas y rock'n'roll. Utopía vivida detrás de un volante o alrededor de él y esta estructura narrativa le da mucha autenticidad al relato. Cada capítulo tiene nombre de canción de aquel triple disco Sandinista!.  Con breves interludios que forman la frase: IN SPACE... / ...NO ONE... / ...CAN... / ...HEAR... / ...YOU... / ...CLASH ! palabras grabadas en los 6 caras de los tres vinilos que conformaban el trabajo de la banda The Clash. 
  Zanón es dios es puro rock'n'roll pero quizás Taxi no es la mejor novela para iniciarse en él pero si ya eres fan esta es tu mejor y única opción lectora.