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domingo, 10 de febrero de 2019

Taxi de Carlos Zanón

  Sandino no se llama así pero de tanto escuchar The Clash se la ha quedado el mote. Sandino es taxista y huye de casa sin rumbo, sin dirección,  porque no quiere que Lola lo deje ya que cuando vuelva a casa Lola va acabar esa conversación  pendiente. Y así el taxista mujeriego, ex-drogata y que siempre va a fondo vaga por esas calles de andar inmortal y nos cuenta su frenética semana. Un poco a lo After hours de Scorsese pero multiplicado por 7. 

  Zanón conoce bien el oficio de taxista, su padre lo era y lo mejor que puedo decir de esta novela es que el taxi es así, lleno de personajes curiosos, divertidos, trágicos, llenos de confidencias, llenos de mentiras. Encerrado en un círculo de 15 km de diámetro el taxista barcelonés vaga por la ciudad, conociendo un millón y medio de maneras de morir. Carlos Zanón a través de la vista de Sandino nos cuenta algunas de ellas. Los capítulos a veces funcionan como micro cuentos, para acabar formando  una trama completa de género negro con dinero y drogas desaparecidas. Pero como ocurre  siempre en Zanón  lo noir del relato es más ambientación, que narración. Su estilo es postmoderno lleno de referencias y música con  un ritmo  de metralleta con mil inputs por página cuadrada. Reflexiones vitales en las que por mi oficio me he sentido más que identificado y me han hecho disfrutar más si cabe del libro. 

  Sandino tiene una visión del mundo entre lo soñador y lo desencantado. Pero siempre caminando hacia la utopía. Utopía en forma de mujeres, en forma de canciones, en forma de drogas y alcohol,  de bares, fiestas y rock'n'roll. Utopía vivida detrás de un volante o alrededor de él y esta estructura narrativa le da mucha autenticidad al relato. Cada capítulo tiene nombre de canción de aquel triple disco Sandinista!.  Con breves interludios que forman la frase: IN SPACE... / ...NO ONE... / ...CAN... / ...HEAR... / ...YOU... / ...CLASH ! palabras grabadas en los 6 caras de los tres vinilos que conformaban el trabajo de la banda The Clash. 
  Zanón es dios es puro rock'n'roll pero quizás Taxi no es la mejor novela para iniciarse en él pero si ya eres fan esta es tu mejor y única opción lectora. 


jueves, 6 de febrero de 2014

Yo fui Johnny Thunders de Carlos Zanón


Francis/Mr. Frankie vuelve a su barrio años después a intentar sobrevivir a sus cenizas. Él que en su momento fue un héroe, un guitarrista con cierta reputación que salió por la tele y gozaba de cierta fama en el panorama musical. Ahora solo queda su sombra, es un yonki arruinado, con un divorcio a cuestas y dos hijos a los que no ve, y muchos fantasmas a cuestas vuelve al hogar desestructurado con un padre que capaz de lo peor  y una hermana que huyo del hogar hace tiempo.

Yo fui Johnny Thunders es una crónica de lo que fue de los chicos que en los '80 se lo pasaron en grande, y de lo que queda del alcohol, el sexo, las drogas y el rock'n'roll. Pero sobretodo es una novela negra, de como la vida cotidiana se te puede complicar en un abrir y cerrar de ojos. Un retrato de las bajas pasiones y lo que ellas mueven, pero también sobre el dinero y la diferencia que hay entre tenerlo y no tenerlo. Y la manera de  intentar conseguirlo.

Carlos Zanón pinta de nuevo un cuadro de la Barcelona periférica -el centro no sale ni de refilón- Horta,Guinardo, La verneda, Hospitalet pasan por sus páginas.  En una novela sobre "la gloria" pasada que ya no esta, sobre el intento de rehacer la vida y como el sino no te deja, porque siempre recuerda tiempos mejores. La novela esta construida prácticamente a base de seguir el hilo de pensamiento de sus personajes con una gran crudeza y frases cortas. Es una novela cargada de música y canciones con las que podremos adentrarnos en la química de sus personajes, con ello conocemos lo que mueve a los personajes a cometer sus actos. Todo ello produce una intensidad en su lectura que hace tiempo que no sentia.

Zanón es poeta y dicen que letrista de Loquillo esta creo que es su cuarta novela y nuevamente no deja indiferente, quizás sea el talento más emergente de la novela negra española destinado a marcar época y escuela. Si hay otro mejor que él decídmelo, porque este es muy bueno. Porque no solo escribe de forma brutal, a demás sus historias son acojonantes.



jueves, 10 de mayo de 2012

Tarde, mal y nunca Carlos Zanón

Epi matá a Tannver en el primer y esplendido capítulo de la novela por el amor de la perunana Tifanny. Alex su hermano esquizofrénico lo presencia todo,  y a partir de aquí empieza un dia cargado de tensión, carreras, y virajes emocionales. Un viaje que discurrirá des de el punto de partida de la novela hasta que poco a poco descubramos los antecedentes de todos los personajes implicados. 

Esta es la primera novela de Carlos Zanón, y en ella encontramos elementos de No llames a casa: un barrio trabajador de Barcelona, un realismo sucio, una descripción psicológica muy acertada y unos personajes de carácter perdedor que buscan salir de su situación, en esta ocasión a través del amor -o lo que Epi cree que es el amor-.

Me ha encantado lo bien perfilado que esta Alex el hermano mayor  ezquizofrénico y que por contra es el que pone un punto de cordura al conjunto -un poco a la manera del detective loco de Eduardo Mendoza, pero en una vertiente naturalista-.  Tarde, mal y nunca  es un libro  contradictorio como esta premisa, porque la vida es así contradictoria, juguetona, cargada de grises y al igual que ella  es un torbellino de emociones.

El gran triunfo de esta novela no es lo que cuenta si no como lo cuenta como describe situaciones, pensamientos y formas de actuar en ellas encontramos a unos personajes que son pura vida.  Y este es quizás uno de los mejores elogios que le puedo hacer a una novela. Carlos Zanón saca petroleo de unos personajes que en un momento pueden resultar repelentes, por ello esta narración destaca  por como cuenta lo que en ella sucede más que la trama en sí. Si les gusta el genero negro no se la pierden, es tan seca y directa como un martillazo a la cabeza. 

domingo, 15 de abril de 2012

No llames a casa de Carlos Zanón

Bruno y su novia Raquel y el hermano de esta Cristian son un trío criminal que se dedican a chantejear parejas que van a las casas de citas a consumar sus adulterios, ellos los espían averiguan sus números de teléfono y les someten asedio para que paguen por su silencio. Max y Merche son dos de sus víctimas. El juego empieza y su final sera imprevisible.

Carlos Zanón es un poeta, metido a novelista de serie negra y a fe que sale triunfante en esta novela, donde nos narra una Barcelona real, fuera de cualquier atisbo de postal. La Barcelona de la Pau y la Verneda, de la ronda del Guinardo a la calle Amilcar, la de los yonquis, tahúres y chantajistas de los que duermen en cajeros o en habitaciones alquiladas a nigerianos. Zanón nos propone un relato alejado de los cliches del genero, no hay detective carismático, ni buenos, ni malos y la fina linea de la moralidad es traspasada constantemente, dotando al relato de una tesitura áspera y rugosa, plagada de elementos culturalmente dispersos. Prescinde como decía de la figura del detective carismático, pero sus protagonistas son terriblemente humanos. Con sus manías sus fobias y en algunos casos ciertas dosis de escatologia, tal y como es la vida detalles que dotan de veracidad a la narración.

Ayer ví Madrid, 1987 de David Trueba que me pareció a ratos interesante pero en general pretenciosa y bastante nefasta pero en un momento dado Jose Sacristán dice que le gustan las películas en que los personajes comen y ahí me sentí identificado, también me gustan esos detalles que dotan de realismo a lo contado y en ello Zanón lo hace a las mil maravillas, sus personajes, comen, beben, fuman, follan y juegan y todo ello para envolver una historia negrísima de perdedores en busca de un mañana mejor. Como única pega es que a veces la narración pega giros bruscos y  y te pierdes ligeramente. Por lo demás es una novela altamente recomendable (para Sant Jordi)..