Y tanto me impacto Un millón de gotas, que he tenido que repetir con Víctor del Árbol. Historia nuevamente de perdedores, todos han perdido a un ser querido de forma violenta y ello les pondrá al límite. Novela coral, Eduardo acaba de salir de un largo encierro tras 14 años, ex-pintor de cierta reputación, recibe el encargo de Gloria para que realice le retrato del asesino de su hijo, Arthur. Y con estos tres y algún secundario más se va a liar parda.
Víctor del Árbol me parece un escritor excelente, con párrafos bellísimos y descripciones estremecedoras. Con unos personajes con pasado, creíbles y fascinantes con su pasado en Argel y sus pied noir, toda esa explicación, así mismo como el personaje de Ibrahim (ya lo descubriréis) un tipo poético en sus movimientos y majestuoso en sus actos finales. La reflexión que gente de corte humanista: un pintor, un músico, un poeta o...(censurado por spoiler) sean capaces de lo peor, resulta chocante, ya me choco con su visión de la izquierda surgida en los años 30 previo en la segunda guerra mundial me puso realmente nervioso. Yo siempre he creído que en las humanidades estaba el bien, pero del Árbol lo desmitifica, humanidad es humanidad, lobos para los suyos. Nos grita: Que pensáis, la civilización es esto, así crecimos!.
Ahora bien si esta hubiera sido la primera novela que hubiera leído de él me hubiera gustado más. Porque a nivel de estructura se le ve venir, los personajes acaban todos ligados unos con otros, esta vez de manera menos justificada que en Un millón de gotas y por ello encontré que la novela queda demasiado alargada. Si Ibrahim es el gran acierto el personaje del Sr. Who a es la cruz, ya que queda desdibujado con un final algo maniqueo. No obstante el desvelo de secretos vuelve a estar milimetrado, con alguna sorpresa en su desarrollo, pero con un final no tan redondo como la anterior novela (leída que no cronológicamente).
No hay comentarios:
Publicar un comentario